Luto en la música... fallece Ray Manzarek


Ray Manzarek, tecladista y miembro fundador de The Doors, después de una intensa batalla contra el cáncer de vesícula biliar que padecía, perdió la lucha hoy lunes 20 a las 12:31 PM.

En 1964, y mientras estudiaba cinematografía en la Universidad de California (UCLA), tropezó en Venice con uno de sus compañeros, Jim Morrison, quien le mostró una de sus composiciones. Impresionado, lo fichó para la agrupación que tenía con sus hermanos, Rick & The Ravens. Ahí se topó con su primer problema: su prole no toleraba los arranques del vocalista. Solución: en una muestra de lealtad que Manzarek mantuvo incluso tras la muerte de su camarada, expulsó a sus hermanos y armó su propia banda, invitando al guitarrista Robby Krieger y al baterista John Densmore, el cuarteto inmortalizado como The Doors. Con elenco definitivo, el pianista se enfrentó a un segundo acertijo: el grupo no tenía bajista. ¿Solución? Manzarek tomó su teclado Rhodes para reemplazar el timbre rítmico del bajo y marcó para siempre a generaciones completas de músicas, gracias a su protagonismo en temas tan diversos como Light my fire o Alabama song (Whisky Bar).

“Aporté el sentido apolíneo del orden a alguien que se dejaba arrastrar por la locura dionisíaca”. Bajo esas figuras míticas, Ray Manzarek explicaba una de las químicas creativas más prolíficas de la música: su trabajo con Jim Morrison al frente de The Doors. Porque mientras el vocalista era combustión pura, símbolo de excesos y erotismo, su camarada se alzaba como su contraparte intelectual capaz de facturar texturas únicas gracias a su teclado, en uno de los sonidos legendarios de los 60.

Se trata del mismo legado que hoy tuvo su desenlace: Raymond Daniel Manzarek murió a los 74 años en la Clínica Romed de la ciudad alemana de Rosenheim y aquejado de un cáncer hepático. Además, el comunicado menciona que se trató de una extensa batalla contra la enfermedad, pese a que el instrumentista siempre la camufló en silencio. De algún modo fue la actitud que cruzó su trayectoria: el rol secundario ante la vorágine encarnada por Morrison.

Lanzaron cinco álbumes de estudio: The Doors, Strange Days, The Soft Parade, Morrison Hotel y L.A. Woman.

Tras la muerte de Jim Morrison en 1971, Manzarek y el resto de la banda lanzaron dos discos más. Luego de que la agrupación se disolvió, Ray se dedicó a la producción, guardando casi tres décadas de luto y evitando la explotación excesiva de material póstumo. Hasta que las ofertas lo hicieron repensar y en 2001 revivió su legado junto a Robby Krieger, el vocalista de The Cult, Ian Astbury y a distintos clones del fallecido cantante, la banda Riders on the Storm, mientras recibían los dardos críticos de Densmore.

Para equilibrar, trabajó con figuras más recientes, como “Weird Al” Yankovic y Skrillex. Pero siempre bajo la sombra de herencia capital.

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